martes, 25 de septiembre de 2012

DIVULGATIVOS: ARCELOR DA MARCHA ATRÁS Y NO APLICARÁ LA REFORMA LABORAL EN SUS PLANTAS


La aplicación unilateral de la reforma laboral en la multinacional Arcelor Mittal, que emplea en España a unos 11.000 trabajadores y que suponía una rebaja salarial y un incremento de la jornada laboral, tendrá que esperar para una mejor ocasión. La masiva respuesta de la plantilla que ha secundado un paro de 48 horas obligó a la dirección de la compañía de mayoría de capital indio a dar marcha atrás y a negociar con los representantes sindicales una salida a su difícil situación económica que pasa por la retirada de su propuesta.
El principio de acuerdo no supone que en un futuro más o menos inmediato la propuesta de la patronal no se pueda retomar. Todo depende del desarrollo de las conversaciones y de la marcha del negocio del acero, afectado por la crisis, como sucede, prácticamente, en la siderurgia mundial. Supone que la empresa ceja en su deseo de aplicar la reforma a la brava y, por su parte, los trabajadores desconvocan otro paro previsto para finales de esta semana.
La huelga convocada por todas las centrales sindicales la pasada semana fue un éxito sin precedentes que hasta la propia Arcelor Mittal admitió en un comunicado. A pesar de las protestas habituales por la declaración de servicios mínimos que los trabajadores cumplieron a rajatabla, la asistencia al puesto de trabajo fue tan escasa que llegó a calificarse el porcentaje de huelguistas en cerca de un cien por cien, sin que nadie rebatiera ese dato.
El caldo de cultivo para el paro lo había azuzado la propia compañía al afirmar que, con acuerdo o sin acuerdo, los puntos de la reforma laboral que permiten a una empresa reducir el salario e incrementar la jornada, iban a salir adelante. Fue un error táctico porque los sindicatos se aprovecharon de este órdago para convencer a los trabajadores de secundar las movilizaciones e instar a la propia dirección a sentarse a negociar. Visto el resultado de la acción sindical, a Arcelor no le quedó más remedio que avisar a los dirigentes sindicales para que acudieran a la mesa de las negociaciones para discutir sobre el futuro.
Y ayer, lunes, al mediodía se llegó a un principio de acuerdo consistente en retirar la aplicación de la reforma laboral a cambio de que los sindicatos desconvocaran la huelga. Y a comenzar en seguida las negociaciones en las que, teniendo en cuenta la situación económica del sector, los empleados de la multinacional están convencidos de que tendrán que dejarse algún pelo en la gatera, porque la compañía está aplicando restricciones en sus plantas de todo el mundo y tiene en la nevera el proyecto de reabrir el segundo horno de su factoría en Gijón, que permitiría consolidar los puestos de trabajo y darle seguridad a las industrias auxiliares. De todas las plantas que Arcelor Mittal tiene en España, es en Asturias donde cuenta con una plantilla más numerosa: 6.500 trabajadores.
Independientemente de los problemas por los que atraviesa la siderurgia mundial y el efecto de la crisis financiera sobre toda la economía, en las plantas españolas la preocupación más evidente es la que se deriva del aumento de la tarifa eléctricaque podría llegar a significar hasta un 10%  más en la cuenta de resultados de la industria. Arcelor Mittal es una de las más afectadas por el 'tarifazo' y junto con la multinacional americana Alcoa y la también estadounidense Xtrata, que opera comoAsturiana de Zinc, han hecho saber que si no se llega pronto a una solución, no tendrán más remedio que abandonar el país.
De esta circunstancia son muy conscientes los miembros del comité de empresa, según han señalado en diversas ocasiones y ya han manifestado su disposición a realizar actos de protesta contra el Ministerio de Industria para que pueda producirse un acuerdo. Pero que asuman las dificultades en este ámbito no lleva aparejada una disposición a ceder salario y jornada laboral como sacrificio para mejorar la competitividad, sino que apuestan por otras vías que, además, pueden ser coincidentes con lo que plantea la patronal asturiana del sector del metal, Femetal, muy crítica con el ministro de Industria, José Manuel Soria por permitir a la discrecionalidad de los acuerdos entre compañías eléctricas y el resto de la industria la solución a sus problemas energéticos.